MOQUETAS

Con la llegada del invierno, no hay nada como disfrutar de la calidez del hogar. Para conseguirlo, lo mejor es recurrir a la calefacción y buenos aislamientos que nos ayuden a mantener el frío alejado de la vivienda. Sin embargo, los suelos también juegan un papel fundamental para favorecer el bienestar; por ejemplo, los revestimientos textiles son una opción cálida y decorativa muy a tener en cuenta. Entre ellos destaca, cómo no, la moqueta, todo un clásico del hogar que, gracias a los nuevos sistemas de fabricación, se ha convertido en una alternativa cómoda, limpia y atractiva.

Tipos de moquetas: existen muchas variedades en función del color, los estampados, las texturas, etc. Antes de decidirte por un modelo concreto, es conveniente que elijas el material que mejor se adapte a tus necesidades.

 Fibras vegetales: decorativamente son muy exóticas, además de resistir bien el trasiego diario. Las fibras proceden de plantas tan diversas como el coco, el sisal o las algas.

Fibras sintéticas: suelen ser baratas y funcionales, perfectas para oficinas y despachos. Los materiales más utilizados son la poliamida y el polipropileno. Un modo habitual de instalarlas es mediante módulos a modo de losetas.

Lana: es el material más tradicional y el más difícil de instalar para un aficionado al bricolaje. Se trata de un producto natural, inigualable desde el punto de vista industrial por la sensación tan agradable que produce al tacto. Ofrece una sensación muy cálida y está muy mullida. Pero no sólo es excelente desde el punto de vista del bienestar: también es práctica porque es muy resistente y se ensucia poco. El único inconveniente: su precio.

Combinadas: por ejemplo, mezclas de lana y fibra.

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